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No valorar a la esposa genera distanciamiento y dolor en su corazón |
1. Lectura Bíblica: 1 Pedro 3:1-7; Ezequiel 36:26, 27; proverbios 14:1
2. Objetivos:
2.1. Que al término de la
reunión de Célula Familiar los esposos comprendan el papel protagónico que
juega la esposa en la relación familiar.
2.2. Que al término de la
reunión de Célula Familiar los concurrentes
comprenda qué es autoridad según
lo que nos enseña la Biblia
2.3. Que al término de la
reunión de Célula Familiar las esposas comprendan qué es sujetarse a sus
esposos y por qué es necesario hacerlo.
3.
Desarrollo del tema:
Un matrimonio sólido
con principios y valores asegura la permanencia en el tiempo y la edificación
de hijos que serán útiles para la sociedad y agentes claves en el proceso de
transformación del mundo en el que nos desenvolvemos. ¿Cómo lograrlo? A partir
de la pareja, cuando cada uno asume el rol que le corresponde en el hogar.
El apóstol Pablo dejó
el asunto claro cuando en su primera Carta, explica cuál es la tarea y aporte
decisivo del esposo y de la esposa, y cuál la consecuencia que se debe esperar
al término del proceso de construcción de una relación de pareja en la que Dios
gobierna.
3.1. Reconozca cuál es la verdadera autoridad
Cierto hombre se
quejaba de lo difícil que era mantener una buena relación con su esposa. “Es
grosera”, me dijo. Cuando nos sentamos a dialogar sobre el problema, afloró que
él procuraba imponer su voluntad y sentía que ella era una persona que sólo
debía obedecer. La sentía de su propiedad, olvidando que como esposa es un ser
frágil y, además, merece toda la consideración que el esposo pueda brindarle. Y
adicionalmente, que las opiniones de ella son muy importantes. Allí radicaba el
origen de la rebeldía de ella. Unos
pocos ajustes aquí y allá en el trato,
produjeron cambios sorprendentes.
En una sociedad en la
que el machismo prevalece, la reacción de rebeldía de la mujer es cada vez
mayor. No soportan el mal trato y asumen una decidida actitud de rechazo a las
manifestaciones de agresividad de la que son víctimas. Un esposo machista
siempre encontrará dificultades para el matrimonio porque ser hombre no nos
privilegia para atropellar al cónyuge.
El apóstol Pedro
recomendó a los creyentes del primer siglo y a nosotros hoy: “De la misma manera, ustedes
esposas, tienen que aceptar la autoridad de sus esposos. Entonces, aun cuando
alguno de ellos se niegue a obedecer la Buena Noticia, la vida recta de ustedes
les hablará sin palabras. Ellos serán ganados al observar la vida pura y la
conducta respetuosa de ustedes.”(1
Pedro 3:1, 2. NTV)
La autoridad
no debe ser entendida como poder para imponer. Más bien es la capacidad
que el Señor nos concede para direccionar, en este caso, un hogar.
Si creemos que es gritar más fuerte y asegurarnos que los demás hacen lo que
queremos, estamos en un grave error y es una señal de alerta de que debemos
imprimir cambios a nuestros patrones de conducta.
Reñir con la otra
persona no es el camino; por el contrario, en algunos casos se agravará la
situación. ¿Qué hacer entonces? Manejar la situación con sabiduría, que
proviene de Dios. Sin reaccionar violentamente, es importante hacerle notar al
esposo que no se comparte su actitud machista. Serenidad y calma en todo
momento. Si el enojo le embarga, ore a Dios y espere otro momento que resulte
más oportuno.
Adicionalmente e
importante: Ore a Dios. Él es quien cambia las actitudes y el comportamiento de
las personas, y lo hará con su esposo, porque es el Creador quien transforma el
corazón (Cf. Ezequiel 36:26, 27) No se desanime. Persevere. Conozco infinidad
de hogares que han sido transformados a partir de una actitud de perseverancia
en la oración por parte de una esposa cansada del mal trato y del
comportamiento agresivo e intolerante del marido.
3.2. Una mujer edifica el hogar
Una de las ideas
equivocadas que ha contribuido al empoderamiento del machismo, es que la mujer
es débil. Una cosa es que sea frágil—o que demanda tratarle con cuidado—y otra
que está rayando en la subestimación es decir que es débil. Por el contrario,
son fuertes y gracias a su fortaleza los hombres podemos salir adelante. Ellas
son fundamenta mentales en el hogar.
La Biblia enseña que
el papel de las esposas es protagónico en la edificación de una familia sólida:
“La mujer sabia edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba.”(Proverbios 14:1)
Como este
desenvolvimiento es esencial, y como las reacciones de una mujer son claves, es
importante que pida a Dios sabiduría para ser ayuda idónea en todo momento.
El apóstol Pedro les
recomendó a las esposas: “No se
interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas
costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la
que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan
precioso a los ojos de Dios. Así es como lucían hermosas las santas mujeres de
la antigüedad. Ellas ponían su confianza en Dios y aceptaban la autoridad de
sus maridos. Por ejemplo, Sara obedecía a su esposo, Abraham, y lo llamaba
«señor». Ustedes son sus hijas cuando hacen lo correcto sin temor a lo que sus
esposos pudieran hacer.”(1 Pedro 3:3-6.
NTV)
La esposa no debe
perder su lugar. Es fundamental para traer equilibrio en el hogar. Discutir con
el esposo con el ánimo de rebatir sus actitudes machistas, no contribuye a nada
como tampoco, el que se aísle dejando que él sea quien lleve toda la carga.
Otra recomendación
importante es que no se descuide. Como mujer debe preocuparse por su aspecto
físico. No con ostentación sino con modestia. Una esposa que cuida de sí misma,
atrae al esposo. Una esposa que se descuida abre puertas para que sea la mundanalidad
la que lo atrape.
3.3. Darle a la esposa el lugar de honra que le
corresponde
Jamás podré olvidar
al hombre que conocí en una Clínica de la ciudad, específicamente en la sala de
espera de la Unidad de Cuidados Intensivos. A pocos metros de allí, la esposa
de él y mi hijo adolescente, se debatían entre la vida y la muerte. Ese hecho
nos unía a todos en ese lugar. “Si Dios
salva a mi esposo cambiaré con ella. He descubierto que la amo.”, repetía.
Él tardó veinte años en saber que la amaba, y sólo tomó conciencia cuando ella
agonizaba. La mujer murió y él quedó sumido en la soledad y bajo la pesaba
carga de una culpabilidad que reconocía. Fue necesario guiarle al amor del
Padre celestial para que cesara su tristeza…
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Es tiempo de traer cambios al trato que le damos a la esposa |
La esposas ocupan un
espacio protagónico en la familia. Y debemos prodigarles el respeto y honra que
les corresponde. El apóstol Pedro instruyó al respecto: “De la
misma manera, ustedes maridos, tienen que honrar a sus esposas. Cada uno viva
con su esposa y trátela con entendimiento. Ella podrá ser más débil, pero
participa por igual del regalo de la nueva vida que Dios les ha dado. Trátenla
como es debido, para que nada estorbe las oraciones de ustedes.”(1 Pedro 3: 7. NTV)
Piense por un
instante: ¿Honra usted a su esposa?¿Respeta sus sentimientos, opiniones e incluso,
diferencias de criterio?¿Cuándo fue la última vez que le dijo TE AMO?¿Qué trato
les damos?
Estos interrogantes
no son intrascendentes sino por el contrario, fundamentales para que
edifiquemos una relación de pareja sólida. Los hombres debemos tomar el tiempo
necesario para evaluar cómo anda la relación e identificar de qué manera—con ayuda
de Dios—podemos cambiar, corrigiendo errores recurrentes. ¡Dios desea ayudarnos
en el proceso! Él ama la familia y nos acompaña en el proceso de sanar las
heridas.
Y hablando de Dios,
¿ya recibió a Jesucristo en su corazón como su único y suficiente Salvador? Hoy
es el día para que lo haga. Puedo asegurarle que no se arrepentirá. Si no le ha
abierto las puertas de su corazón, hágalo ahora. Si le asiste alguna inquietud,
por favor no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com
© Fernando Alexis
Jiménez
4.
Preguntas para la discusión en grupo:
a. ¿Por qué razón el
machismo atenta contra el matrimonio?
b. ¿Qué consecuencias trae
respetar la autoridad de cada uno en la pareja?
c. ¿Por qué afirmamos que
reñir con el cónyuge para que cambie su forma de ser no es un buen consejo (Cf. Ezequiel 36:26, 27)?
d. ¿Qué podemos entender cuando la Biblia dice que la mujer sabia edifica
la casa (Cf. Proverbios 14:1)?
e. ¿Por qué razón la mujer
no debe descuidar su apariencia física?
f. ¿Qué aspectos debemos
tener en cuenta los esposos al tratar a nuestro cónyuge?
g. ¿Hemos elaborado un
listado de los errores recurrentes en los que incurrimos como cónyuges al
tratar a nuestra pareja?
h. Cuando tenemos
dificultades como pareja, ¿entregamos esas diferencias a Dios para que nos
ayude a resolverlas?
i. Desde hoy consagramos
nuestro hogar en manos de Dios
5. Oración al terminar la Célula familiar:
“Amado Dios y Padre de los cielos, gracias por esta nueva oportunidad
que nos diste de reunirnos como familia. Reconocemos que si reinas en nuestro
hogar, experimentaremos cambio. Tú traes transformación a nuestra forma de
pensar y de actuar. Te damos gracias porque nos ayudas en el proceso. Danos la
sabiduría necesaria para reconocer los errores y la humildad necesaria para
disponernos a cambiar. Estamos seguros que con tu divina ayuda podemos
lograrlo. Hoy queremos consagrarte nuestra relación familiar, amado Dios,
pidiendo que nos guíes en todos nuestros caminos. Amén”
©
Fernando Alexis Jiménez
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